miércoles, 7 de septiembre de 2011

Esta vez me toca a mi...

Ser hijo único tiene sus bemoles, no todo es color de rosas como se tiende a creer (o hacer creer), si no fuiste de aquellos a los que le atendían en cualquier capricho como me paso a mi sabrás que hay mucho de soledad y de exigencia, ya que las esperanzas se depositan en uno.
En mi caso creo que cumplí bastante bien con eso, sin embargo apenas pude irme del hogar materno lo hice, un depto de la flia en Capital fue mi salvación y como mi novia me ha dicho, nunca vio a nadie adaptarse tan rapido a vivir solo, y lo cierto es que era algo que necesitaba.

Ahora resulta que, 8 meses despues de irme de mi hogar materno, mis viejos se separan.

Será porque sabía que se venía, sera que sucedió porque no había nadie que mediara, no es algo que me sorprenda demasiado. Pero si es dificil ser hijo único y es dificil que tus padres se separen, peor es cuando ya creciste, porque ya tenes tu vida y no sabes como reaccionar.
Asi como cuando sos chico asimilas todo más facil supongo que el hecho que tus padres esten separados de repente se hace costumbre, no sana, pero costumbre al fin. Cuando creces no, no se entiende, no se sabe de que se trata.

Y era un miedo grande en su momento, en mi adolescencia, pero siempre parecía que todo estaba ¨bien¨, y de repente vi como todo se empezó a ir todo al carajo, hasta que hoy ya hay una nueva propiedad y en proceso de mudanza. En buenos terminos, sin gritos y berrinches, pero separación al fin.

Aunque parezca estupido, no puedo evitar descreer toda mi infancia y adolescencia, es mucha casualidad que veas como todo se empieza a ir a la mierda en la medida en la que creces y empezas a hacer tu vida incluyendo una pareja estable. Por más que haya sido feliz mi infancia esta manchada y la siento como una pelicula de esas con un desenlace casi prometedor hasta que al protagonista lo matan, como en Los infiltrados (ups, no la viste? perdon).

En parte a quien dejo de aceptar las cosas, y otra parte a quien no se calentó en hacer nada, ambos tienen parte de culpa e intento no echarme nada de culpa, aunque a veces cueste por lo que mencione mas arriba, algo que me preocupa es las fiestas, me niego a ir de casa en casa en las fiestas, si alguna vez vieron Seinfeld recordarán a George Constanza en la misma situación.

Como sea, recuerdo aquellas veces en las cuales como todo chico me mande cagadas y alguno de mis viejos se enojaba conmigo, bueno, esta vez me toca a mi enojarme con ellos

Aqui termina un post que seguramente sera borrado en poco tiempo, saludos

lunes, 1 de agosto de 2011

Esa luz brillante

Tuve 3 trabajos que se puedan llamar verdaderos en mi vida, bastantes menos que gente muy allegada a mi en el mismo período de tiempo, está bien, suelo sacarle el jugo todo lo posible a un lugar antes de irme, y cada vez que me ha tocado irme sin duda sentí que la decisión era la correcta, y siempre quedó demostrado que así fue.

Pero hay algo que me sucedió siempre, es que el primer día en un trabajo era un día con mucho brillo, no era brillante...mejor dicho, era un día muy brilloso, si....de brillo como el botón que estaba al lado del contraste en las teles Philco de hace 20 años.

Ahora te acordás piscuí?

Era como que el control de brightness ("brainesss") estaba puesto al mango, casi que cegaba la vista. A riesgo de que me tilden de loco o de pastillero quisiera saber si a alguno más le paso. Yo lo atribuyo a la novedad, los nervios, la incertidumbre de saber si sos el indicado o si no se avivaron del error que cometieron al contratarte antes de que pasen 3 meses como todos esos factores que le dan ese brillo incandescente a la situación.

No se si serán 3 días, una semana o que pero esa sensación inicial se va, así de la nada, no tiene que ver con que se acaba la alegría de la novedad sino con esa primera vez que haces algo nuevo incluído ponerla, el segundo día nunca será tan "nuevo".
Esa sensación especial la sentí con olores, gustos y sensaciones táctiles en otros ámbitos pero situaciones igual de novedosas e intensas.

Ok, quizás no tan intensas

A veces me gustaría tener más días brillosos, en cualquier aspecto, la sola sensación de seguridad y asentamiento de acá a un tiempo me incomoda, bastante. El olor especial que uno emana cuando se baña seguido para salir con una chica, el sabor de ese primer bocado de esa comida que te encantó y la primer clavada de frenos con el auto que te hizo zafar de un choque. Todo eso es necesario, en dosis mesuradas, para mantener el nivel de "brainesss".

Quiero más días brillosos, sí.

lunes, 25 de julio de 2011

Sin mi lugar en el mundo

En el colegio me hicieron ver "Un lugar en el mundo", creo que tenía 15 o 16 años, y estaba bien, porque no había puta chance que viera Cine Argentino en esa época.
La película más allá de esa dosis de "peli argenta" que tiene (es un nosequé que me incomodaba, hoy no tanto) me copó en esa idea de tener un lugar que uno considere propio, una localidad, un pueblo, un país, una plaza. Todos tienen ese lugar en el mundo, yo no. Shit.

Mi novia, por ejemplo, vivió casi toda su vida en Ciudad Jardín, y añora todos los días volver a vivir ahí, no solo ella, todos los que han vivido ahí quieren volver para cuando "maduren", yo he ido y si, es muy lindo, pero queda tan en la loma del orto que hasta que no me jubile no lo haría ni mamado, bancarse un viaje en auto hasta Capital todos los días te garantiza un ACV a los 45.

No se rían, boludos

Pero en fin, mismo mi viejo tiene a Victoria como su lugar en el mundo, tanto que ahora que se va a mudar solo (lo cual explicaré, tarde o temprano, en un post aparte) va a volver a su barrio natal, y asi con la mayoría de la gente, sea Porteño, Bonaerense, Cordobes o comegato Rosarino.

Yo nací en Victoria pero viví hasta los 5 años, y de ahí hasta hace unos meses en Boulogne, que tiene Boulogne? Un carajo Un par de clubes de Rugby, un Batallon de Arsenales y un par de Carrefour (?), está a unos 35 minutos de microcentro via tren y tiene su amplia dosis de barrio residencial.
Resulta que me mude a Capital hace poco y creí que iba a extrañar el lugar que me vio crecer, y no. Nada. De Nada. No tengo recuerdos hermosos de una infancia placentera, no porque no lo haya sido pero porque no los asocio a un lugar, y es el día de hoy que cada vez que viajo allí miro a mi viejo barrio y lo siento cada vez menos mío, me siento un porteño traidor.

Quizás encuentre mi lugar donde decir "este lugar tiene mi impronta" pero tengo miedo que sea en algun cabarulo de Constitución, mientras tanto estoy en algun punto al sur del Ecuador, solo porque aun no pase del otro lado, pero denme tiempo.

Qué está pasando aquí?

Hace casi dos años tenía un blog con este nombre que duró lo que un pedo en una canasta, cambió casi todo desde entonces. Di un giro de 180° grados y me encuentro en una situacion muy distinta, casi que salvo el pelo de la barba no hay nada igual.

No quiere decir que la necesidad de expulsar conceptos, ideas inconexas, improperios o simplemente boludeces haya cambiado.

Probado casi que para escribir canciones no estoy hecho, lo dejo escrito acá, si a alguien le gusta en el proceso, mejor.

No esperen nada de este blog, es mejor para todos.

Figo